Esta
mañana mientras mis mujercitas se tapaban hasta las orejas debajo de un
calentito y acogedor recubrimiento de plumas, yo me he levantado sigilosamente, me he vestido, he cogido el equipo ligero de intervención ( el IPAD y la Fuji
pequeña ) y me he dirigido hasta las playas de Barcelona.
A las
9 de la mañana, con una tranquilidad absoluta a mi alrededor, y con el sonido
de las gotas que explotaban sobre el paraguas, he disfrutado de cómo una
lluviosa mañana de otoño, se habría paso para dejarme captar estas imágenes.
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